Y llegó el día,
el esperado día,
el ansiado día.
Tú, yo... realidad.
Tiempo de roces,
de entrega desesperada.
Tu boca, tus manos
recorriendo senderos
en húmedos momentos
otrora soñados.
Bocas ansiosas,
lenguas voraces,
abriendo caminos
antes no hallados.
Aromas flotando,
miradas turbias
anhelando...
Cuerpos que no dan tregua,
ansiosos del encuentro,
del sentir de pieles
de aromas y sudores
impregnando sus sabores.
Uno dentro del otro,
quemando entrañas
que ansiosas reciben
lo tantas veces esperado.
La danza empieza,
bella danza de cuerpos
mojados y ardiendo,
los dos dando,
los dos recibiendo,
mientras la música
de gemidos placenteros,
de pieles frotándose
envuelve los suspiros
de dos bocas buscándose.
Explosión de amor,
lava que recorre
y sigue, llega, se expande
y acaricia, se queda
y florece.