Al frágil bebé, aun puedo ver y soñar con emoción, Durmiendo en el sueño de nuestra ávida gracia, Quimera de la vida, delicia exuberante de la infancia, Querúbico inocente, regalo único de la creación. Esa mano pequeña prolongación de la mía, Colgada de la misma, camina sin ser caminante, Estampa reciente del pasado, recuerdo fascinante, Legatario de los sueños míos, incumplido en porfía. Faculto en tus manos, lo que nunca pude ser, Resigno los anhelos ilusorios remotos del pasado, Hasta donde puedo estaré presto siempre tu lado. Se César, emprendiendo el camino de tu parecer, Se Augusto, dentro de la sociedad en que pertenece, Y Noceda ante las dificultades que a tanto estremece.