Cuchillos de soledad.
Mira,
Todo un camino polvoriento y triste,
Al lado de sillones y cómodos sofás,
De camas iluminadas de lujo,
que no sirven de nada.
Ven, acércate más,
quiero que sientas el silencio de las paredes,
el sol oscuro de cada amanecer,
la noche en cada una de las ideas.
todo un balcón de golondrinas
mudas y estáticas.
Entonces comprenderás,
Te darás cuenta de lo que tienes, a lo que no quieres llegar.
Escucha,
Un eco de distancias,
murmullos de un ayer,
y el frío de los recuerdos,
Huirás de tu presente,
buscarás con ansia otro amanecer,
otros paisajes, otra luna,
otro cántico de los ruiseñores.
Nunca será tarde para intentarlo.
Las noches se agigantan en los tormentos,
No se ve nada. Se oyen voces lejanas.
Cada vez son más duras sus cadenas.
Cada vez la gente pasa más deprisa.
En sus últimas esquinas adivinas una luz de esperanza.
Te quedas dormido en una idea de futuro,
huyendo de la monotonía de siempre es igual.
Pero no hay que rendirse, aunque se deje la piel en la salida,
y agradecerle a la vida porque te escogió para estar vivo.
Joe.