Cuando las aguas
del puente se paseaban
por las tersura de tu cuerpo caramelo,
te retraté con mis ojos
que viajaron complacidos
al edén con aguas cristalinas,
arrulladas por bucólicas planicies
aromatizadas con el rocío
de bellas azucenas,
que emanaban
el néctar de tu cuerpo codiciado.
Te buceaba intensamente,
observando una sirena deslumbrante
en lo sensual,
por lo atrevido de tu erótica imagen persuasiva,
capaz de seducir al universo
que se rinde ante tus lúcidas aletas.
Las prosas y mis versos,
celebran complacidos
que te dejes llevar
en la capsula poética,
con tu cálida esbeltura
y el mensaje detonante
del poeta en su interior,
para luego disolvernos lentamente
en esas aguas somnolientas,
que nos hace soñar enloquecidas travesuras,
transmutándolas a un mundo real
donde solo quepamos; tu y yo. Laureano Marcano N.