Madura en la pura intimidad la idea justa,
asidua, entusiasta y apaciblemente libre,
relativa a convicción de cuanto me gustas,
imposible entenderlo por la firme costumbre
nacida cuatro años atrás de un te quiero
audaz, que con el tiempo paso a zalamero.
No he entregado a ti precolombina figura
para socavar proyectos que tienes a futuro,
añorados con tanta paciencia y total mesura.
Regalarte un jardín de mil amores quisiera,
desafortunadamente no puedo arrebatar
orquídea ya cultivada con mimos y cantar.
Afirmo sin equivocarme que eres un encanto,
fruto del amplio llano,alla afloran auroras,
ventana de estrellas y fuente de mi canto,
compuesto para ti sin demora ni rencores.
No eres mi prometida ni serlo podrá ser,
mientras tengas pretendiente por querer.
Semejante contradicción es difícil de resolver,
si valoras los sentimientos y respeta tu ser
o de lo contrario, como pompas blancas de espuma
que se forman al llover, será amor que se esfuma
y no vuelve a florecer, lozano y desprevenido
como lo conoció ayer, y no dejarás en el olvido.