Me devoro todas tus imaginaciones,
aplaco la sed con la humeda razón de tus labios,
corporizo el deseo en la ambiguedad excelsa de tus manos estáticas en mi cuerpo,
allano tus lugares, pensando en encontrarte, fresca y desnuda,
ironizo cuando la ironía es tu palabra, perenne a mis oídos,
consumo tus tejidos, en la madurez de un cerezo en flor,
valoro cuando callas los pormenores de algún pasado,
releo tus versos, donde nadie lo ha hecho,
acorto tus distancias en mis viajes imaginarios,
persigo tu obsesiva manera de amarme,
castigo mi estrofa cuando pienso que no te tengo,
seduzco tu piel, en cada pasaje, de mis años nuevos,
acaricio tus senos, donde la paz oscurece tus penas rotas,
sesgo mi inquietud, en tus mantos de fresias impunes,
corrijo tus desvíos, para que no te pierdas en mis laberintos internos,
amanezco en tu guarida, lozana, trivial, humedecida,
simulo romper los sacrilegios eternos de tus eternas partidas,
amo tu amor, con la magnificencia de un latido en cada beso,
y velo por ti amor, en esas noches calladas de mi voz, pero
selladas con la obsenidad de mis derroches.
¿Donde estas que ya no escribes? ¡ dinos que ha sido de ti!, es quizas que no pecibes el vacio que hay aqui.