Tus olas ¡oh Mar Azul!, retumban bravía
golpeándome sin piedad,
de derecha a izquierda, delante y atrás, cuando al timón de este pequeño navío, mi osadia quieres probar, para hundirme en tu profundidad,
porque en alta mar
siempre picado estás.
Flota la brisa su humedad toca mi sien, vuela y se va, al viento mi blusa parece
volar y mi piel se estremece
de miedo y felicidad.
Los delfines nos escoltan bajo este cielo tropical, ebrios de espumas
siguiendo las azules olas,
millas de distancia recorriendo van, el amor que yo quería a mi lado no está, porque se ha reventado a los lejos como las grandes olas de cristal.
Y en este instante ¡oh mar!, que yo siento tu fuerza y tu poder
en esta clara inmensidad, tú te dejas por mi amar.