Como un cielo sin estrellas,
ó una primavera sin flores,
el mundo hoy sin ti madre,
se ha vuelto extraño.
Se pierde mi mirada,
en ese enorme vacio que has dejado,
y la huella de tus pasos,
camina como una sombra a mi lado,
y entonces siento,
que los que hemos tenido,
la inmensa suerte de conocerte,
hemos saboreado lo más bello de la vida,
y lo que le da sentido,
a nuestro paso por ella.
Seguiremos ofreciendo,
miradas de amor, de generosidad,
como solo tu supiste hacerlo,
y convertiremos la vida,
en un cristal delicado,
aterciopelado diría,
donde la única luz que brille,
sea la sonrisa de tu saludo,
el cariño de tu mirada en las despedidas.
Enorme el vacío que me dejas madre,
roto por el delirio de misterio y ensueño,
que tus ojos sembraban,
inventando caminos,
Sembrando palabras.
Gracias madre,
por haber existido,
por habernos transmitido lo mejor de la vida,
y gracias a la vida,
por habernos dado el inmenso placer de tenerte.
Hasta siempre. Te quiero. Te queremos.