Ah, ese corazón que juega con nosotros como si fueramos fichas de ajedrez, a veces nos da jaque mate, siempre se repite la primera vez. Esta historia que voy a contar le sucedió a tres seres que en una encrucijada quedo su alma encerrada, un hombre maravilloso, todo un caballero se enamoró de dos mujeres y los tres acordaron donde el corazón nos lleve. El poseia dos flores, una era una blanca y linda camelia, la otra era una roja rosa que se deshacia en poemas, a las que amaba y deseaba apasionadamente, era el jardinero y ellas las flores de su jardín, con su amor a las dos regaba, y con mucho mimo las trataba en una pasión sin fin, el jardinero tenía el corazón dividido, pues ninguna de las dos queria echar al olvido. Las dos flores sabian que eran el delirio del jardinero, ellas eran amigas, se apreciaban, se estimaban, se querian, juntas luchaban por el gran caballero, celosas de sus mimos, sus caricias, sus delicias. Una noche lloraron los tres bajo la luz de las estrellas, pensando en porque tenian que suceder estas cosas, hubo una guerra entre las camelias y las rosas, pero las dos detuvieron a sus compañeras, callaros, plantas traicioneras, el siempre nos hablo con sinceridad, siempre nos ha querido a las dos,por delante fue con la verdad. Dejar tranquilo al jardinero que mime a sus dos flores, ya somos mayores, queremos que el siga siendo nuestro compañero. Complices los tres de la noche, del sol, de la luna de seda, de todo el firmamento, no podian abandonar aquel dulce tormento. La rosa estaba perdidamente enamorada y camelia sentia que por el jardinero no queria ser olvidada, entre ellas había nacido una amistad, dificil compartir al jardinero, pero ellas seguian los impulsos del corazón, se quedaban quietas, escuchaban a su propio corazón y el mismo hablaba, y un mensaje cantaba: Escucharme, soy vuestro corazón, quedaos quietos en silencio oyendo mi latir, solo tendreis que ir, en breve, trio de corazones donde el os lleve.