Luces en esa Cruz, Amado mío,
tan toscamente herido y maltratado,
tan muerto todo Tú, tan desangrado,
que sólo de mirarte siento frío.
Eres la Luz y luces tan sombrío.
Eres Amor y todo me lo has dado
y estás ahí tan muerto, tan clavado
por mi pecado, por mi desvarío.
Perdóname, Señor. Haz que tu muerte
de donde tantas, tantas gracias nacen,
alumbre mi camino para verte.
No dejes que mis brazos te rechacen.
Camina junto a mí. Temo perderte...
yo soy de los que no saben lo que hacen.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC