Aquí, aquí está tu hijo
soñando precavido en tus costados,
cual tu mirada, cual tu paciencia
mostrándote los términos tocados.
Aquí, aquí tu herida mal sanada
en las crudas miradas de espantados,
en las comisuras de los días
anonadas para siempre y acabados.
Aquí, aquí tu hijo fuerte
que muchas veces bueno atropella,
que siendo para bien a su suerte
muy distante a veces, como estrella.
Aquí, aquí sus ojos cual las tuyas
jugándose la luna para verte,
aquí su compasión, su hielo inerte
cargado de noción y de aleluyas.
Aquí tu hijo pecador, tu hijo indiferente,
aquí su ser inmenso, su afecto de inocente,
aquí su fuego vivo, de cuerpo y de mente,
aquí su amor de hijo, de hijo simplemente.
Amor de hijo, para la Madre.
EstertoR de AmoR
Noviembre - 2007