Tu mano sobre la mía,
silencio de pasiones,
sospechosas y temblorosas,
no llegan a descubrir,
el interior todavía,
amores encontrados,
en el medio de un desierto,
volví a ver,
volví a tener sed,
mi corazón se agitaba,
no sé porque,
y tu mano me tomabas,
dulcemente la acariciaste,
sin querer me aferre a ella,
como las manos del marinero,
en el timón del barco,
sin querer mis ojos entendieron,
que esto no era solo un sueño,
era una flor que nacía,
en el jardín de nuestros corazones,
sin preguntar porque,
siguió creciendo,
ella en tu corazón se quedó,
y yo aquí esperando,
no sé porque,
todo fue sin querer...
LUNAFRIA