Entre los madrigales de místico aroma, detrás de flores y coqueteos de aves tendida de espaldas la vi, sus formas, casi perfectas, asomaban delirantes a través del transparente tul, escondido observaba el cimbreante ritmo que sus pechos trazaban mientras que para mis adentros, callado y absorto, fui reclamando sus anhelos, e imaginaba sus ansias extasiado; quise rodearla con mis besos buscando sus labios para escribir mis versos, recorría y avivaba sus sueños para no morir en ellos. Y sobre la floresta, desnudos, uno junto al otro, nos confundimos lentos en silencio, mientras nuestros cuerpos, encendidos, se enlazaban lujuriosos en la entrega inacabable…única; y entre mis brazos te retorciste, convulsionada, en el espasmo ardiente que en las carnes palpitaba; entre tu pecho blando me revolví furioso, temblando por el roce inagotable de impúdicas caricias, y que en los labios embravecidos por el gozo, extasiados disfrutamos perecer.