Me perdí aquel día irremediablemente,
entre toda la gente que estaba junto a mí,
La noche hizo presente mi oscuro pensamiento,
Y seguí caminando sin un rumbo a seguir.
No sabía quien era, ni donde me encontraba,
Tenía la mirada ausente, y comprendí,
Que estaba en el desierto de todas mi tristezas,
Con pánico en mi alma sabía que era así.
Olvidé hasta mi nombre, llorando mi torpeza,
Quise llamar a gritos a todos a la vez,
pero ni mis palabras sabían que eran mías,
Y enmudecío mi boca con tanta insensatez.
El dolor me hizo presa de toda mi demencia,
Bloqueó mi pensamiento, borro mi identidad,
Y ahora cuando a solas recuerdo esos momentos,
Comprendo que he sentido la amarga soledad.