Ese cristal donde podía reflejarse
el alma y los sueños podían volar,
así, como se eleva un barrilete
de colores para adornar el cielo.
Así, volaban libres los sueños.
Ese cristal que hizo de escudo para
frenar el viento que golpeaba fuerte,
y de haber alcanzado tu espíritu,
te hubiera atrapado en su oscuro huracán.
Se quebró el cristal y unirlo ya no sería
lo mismo, ya no sería igual su reflejo.
Nadie en él, podría mirarse, sin ver una
imágen distorsionada a la realidad.
Horizontesazules
09/04/2019