Me enamoré de Jéssica,
la bailarina exótica.
Me pareció simpática
y de cadera erótica.
Ella hace un show impúdico
en el bar VIVA MÉXICO,
Con las luces al mínimo,
y eso se puso cálido.
Su vestido translúcido,
me dejó al verla atónito.
Yo la miré fanástica,
andaba medio alcohólico.
El mesero solícito,
me dijo puedo traértela;
Y yo contesté enfático
¡ Te estás tardando Pánfilo !
Cuendo llegó la Jéssica,
temblaba mi mandíbula;
Pero un trago me dió ánimo
le dije.¡ Quiero algo íntimo !
Mi salario raquítico,
debía estirarlo al máximo.
El monto no era el óptimo,
para el encuentro érótico.
Debí pagarle un óbolo,
y su própina al Pánfilo.
Vendí hasta un mueble rústico
por ese sueño exótico.
Nos fuimos del prostíbulo,
hasta un hotel romántico;
Con tenues luces pálidas.
¡ Parecía que tendría éxito !
Ahí pasó algo ínfame.
¡ tenía pechos de plástico !
y bajo un vientre flácido
me hallé con algo incógnito.
Trás de su ropa íntima,
¡ Se veía un bulto fálico !
Me acerqué un tánto incrédulo
vi que no era una fémina.
¡ Se me bajó lo etílico !
Quise mostrarme impávido,
pero por dentro un váhido
pronósticaba vómito;
¡ Pensar que le dí un ósculo,
a un maricón maniático !
¡ Ah que tipo tán méndigo !
del diablo primogénito.
¡ Muérete de una úlcera,
o de un SIDA congénito !
No es un reláto erótico;
Fué una aventura estúpida.
Guarden secreto hermético,
porque mi ego está trémulo.
¡ Ay Pepito ya entiéndelo !
y que esta sea la última.
Otro susto fatídico,
te puede hacer diabético.