Ayer, la brisa suave,
en balsas de bellas mimosas,
temblaban su frenesí
en torno a nuestro jardín.
¿Quién quiere cantar caracolas
quién, frenar al violín?.
Yo ando cantando penosa
el viento que, viene hacia mí.
Encuentro que caigo y levanto,
me veo que voy sin carril;
no quiero cantar caprichosa,
ni busco rondar, heme aquí.
Me hallo en estancia penosa,
lugar de espera, no relax;
esperando vencer a la bacteria.
Que acabe en batalla triunfal.
Muchos años avalan la estancia
a mis lienzos que, añosos ya están
pues, en orden de trastienda colgaron
mientras empujaba contigo al compás.
Hoy las horas ordenadas volaron
pasajeras en tiempo y lugar;
afianzados con dientes y manos,
con premura, adelante saldrás.
Pero, quiero sepas que, embero
de ti, mi carisma hallarás;
y si estoy contigo, a tu lado,
es porque sin ti mi vida no es ya.
Que el camino que anduve a tu lado,
mi camino, se hace en compás
de tu mano, tu mirada, tu halo,…
Pues, sin ti, mi camino no es ya.