Casi me olvido.

Casi me olvido de escuchar tu mensaje
ese de adiòs disfrazado con seda,
mientras miro la marchita flor que te traje
y el hùmedo papel del que ya nada queda.
Casi me olvido que tienes mis años
dentro de una piel sinuosa y gastada,
el paso del tiempo, los mil desengaños
la carta de amor que quedò sin mirada.
Casi me olvido y roguè al olvidarme
que busques la foto en la que aùn sonreìas,
vestida verde sentì al retratarte
que eras la luz que alumbraba mi vida.
Y hoy en la tenue fragancia olvidada
arranco otra flor en el costal de aquel lago,
sintiendo tu pelo al viento y ajada
aquella rosa que muriò sin pecado.