Cuando llegaste a mi vida,
fue que comencé a vivir,
se me sanaron las heridas,
y de la soledad pude huir.
Quiero amarte por siempre,
amarte con mucha facilidad,
tan fácil como en diciembre,
los niños aman la Navidad.
Quiero poder besar tus labios,
con mucha pasión y amor,
quiero darte mi cariño sabio,
para así poder curar mi dolor.
Quiero amarte toda la vida,
jamás y nunca separarme de tí,
ofrecerte lo que tu alma me pida,
y todo lo demás que quieras de mí.
Contigo no hay horas amargas,
me siento como un cazador,
que busca capturar tu alma,
para poder brindarle mi amor.
EFRAIN TRINIDAD RODRIGUEZ
Morovis, Puerto Rico
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