Se disiparon las horas del amor,
huyendo desenfrenadas hasta llegar,
la noche mientras el tiempo olvidaba, lentamente el frenesí de mi amor,
de ese amor que mi corazón no,
dejaba de sentir por ti, esa dulce,
mujer que mi corazón tanto ama.
Llegó la noche con el viento que,
la envolvía, ese viento huracanado, cual viajero del amor que baja hasta,
los abismos y el frenesí del amor,
se apartaron tus manos de los caminos al sentir las mías acariciado,
tu cuerpo desnudo y ardiente,
llevando entre tenues alientos,
mis besos más dulces y con amor. Los recuerdos del estío recordaban,
a mi mente las noches locas de amor,
que en sensuales remolinos, apagaban sedimentos los deseos,
de tu cuerpo pensando en el lagar,
del amor y la pasión intensa.