Ángel.., reconócete, “ Ángel” eres
no de este destino que tiene un fin.
Ángel eres, tienes poderes
No eres humano sino un querubín.
Tu energía, Ángel, quita el blanco velo
que cubre mi rostro en mi partida
me da fuerza, pasión, alegría vivida
hace que recobre otra vez el frustrado anhelo.
Siendo lo que eres, mi ángel, Ángel mío
¿A qué temes?, si tú no eres de este mundo
Y eres más fuerte que el mar iracundo
Y sabes consolarme en mi desvarío.
No.., antes bien, siento en tus palabras, melancolía
sentimientos propios del fin de una trama
que me indica que mi hora me llama
que pondrá fin a mi eterna hipocondría.
Ángel… Si al decir mi nombre sólo te responde el eco
repercusión de un sonido que no te dice nada
es porque has permitido que trabaje el hada
suturando mi pecho hueco.
Sabrás que ya no existo, eso lo intuyo
Y me buscarás como ser alado
Mas no me encontrarás, lo concluyo
Y te devolverás, sintiéndote decepcionado.