Te quiero
y en este amor
como el cosmos, infinito,
tú eres el aire, la vida,
la fortaleza, el valor
para enfrentar lo que venga
con la serena confianza
de, al fin, salir vencedor.
Te quiero
y es mi verdad
sencilla pero absoluta,
no hay motivo de duda;
si algo me debía la vida,
me lo ha pagado con creces
con sólo mirar tus ojos
y con tus labios besar.
Te quiero,
no tiene vuelta,
esto ya es definitivo;
es mi amor firme y tranquilo,
la fuerza maravillosa
que me ha devuelto la vida
y en el edén de tus brazos
me permite descansar.
Te quiero
así, sin adornos,
pero también sin mentiras,
con la certeza absoluta
de que, en tí, mis días son otros
y el mundo entero es distinto;
te quiero y eres mi todo
porque en tí encuentro la paz.
Te quiero
fervientemente,
con un amor como roca:
sólido e inconmovible;
eres la tardía respuesta
a una súplica de siglos,
en tí he encontrado a mi dueña
¡no te dejaré jamás!-
Eduardo Ritter Bonilla.