Esperaré con paciencia que se revierta
este tormento, que te aqueja sin piedad,
hasta que tus ojos vuelvan a ver la claridad
del día. Amor mío, de este letargo ya despierta.
Quiero que se encuentren otra vez nuestros ojos,
para encontrarle de nuevo, al corazón la calma,
y a través de ellos contemplar tu alma,
viviremos como ante en agasajos y cortejos.
No me busque aquí estoy, como de costumbre,
estoy esperando con lágrima que me hablase,
Abra de nuevamente tus oídos para que me oyese.
Boca de miel, vuelva a pronunciar mi nombre,
y derrame el almíbar sobre mis labios sediento.
Espero tu comprensión y doy tiempo al tiempo.