Nado en el vacío desde el día que me dejaste
voy buscando en la legua, tus borradas huellas.
El vértigo del tiempo se burla de mi degaste,
a veces te vislumbro donde nacen las estrellas.
Mientras diviso esperanza te seguiré buscando,
las altas hierbas me dificultan ver los senderos,
alud de lodos desde el abismo viene bajando,
arrasa con todos, me dejándome sin bebederos.
Un día; lento espiral de humo se elevaba al cielo,
entre la sombra, pálpito estaciona en mi mente,
de entre ruina y hojas secas algo familiar huelo;
perfume a violeta y una figura en capilla ardiente.
Corro una vez más al rescate de la indefensa ninfa,
dije; astro de mi vida la creación entera te espera,
tú desprecias mi adoración, diciéndome; no finjas.
Invisible anillo puse en tu dedo, sin que te maldijera.
Autor: Alcibíades Noceda Medina