¿Qué hubo chato? ¿Dime donde has estado?
Así tan callado, tú que siempre has hablado,
Tú que te llamaste el quijote sin mancha,
Y te manchaste al irte de tu mundo,
De tu patria.
¿Cómo ha estado su excelencia?
Permítame que le estreche la mano,
Que le abra la puerta joven,
Cuénteme sus aventuras, sus locuras,
Hábleme de su vida, de su circo.
Quien lo diría, un caballero a la medida,
Y se queda pasmado sin decir palabra alguna,
Ya lo sé, soy un prófugo, un vago sin quehacer,
Pero ahora que te veo de frente,
Te admiro mucho más.
Si tú, Mario el súper sabio,
El hombre que hizo de la pobreza,
Un motivo para poder reír,
Si tú, mi profe, a quien tanto he aclamado,
Qué bueno es tenerte aquí, sentado junto a mí,
Venga señor fotógrafo, tómenos una foto,
Es un lindo placer, reírme con usted.
¿Y cuénteme porque ha vuelto a este gran hotel?
Puede explicarme, no importa si soy un analfabeto,
Creo que aunque difícil, le podré entender.
Ahora que lo pienso, me dijeron que había muerto,
¿Es eso cierto? No lo creo, es usted un mago,
Un hombre que del cielo sube y baja cuando quiera,
Pero hábleme, dígame por donde ha caminado,
Hábleme del día con el diablo, ¿Qué le dijo?
¿Si puedo preguntarle de eso verdad?
Quien lo diría, usted acá junto a mí,
Sentado a mi lado, pero sin hablar.
Espero verlo nuevamente,
Y que esta vez se quede por siempre,
Que Don quijote cabalgue de nuevo,
Sí, que así sea, que nadie lo impida.
Entonces ¡A volar joven!
Vuelve cada vez que quieras,
Aquí toda tu gente te recibirá,
Tu sangre, tu arena, tu todo,
vuelve pues Cantinflas,
Que para ti no han dado el anuncio,
De abajo el telón.