EL BAZAR DE LOS SUEÑOS...

En el bazar de los sueños, somos la parodia de la vida, también el incomprensible sortilegio del ser o no ser, que nos ahuyenta de la triste  dicotomía que asedia lo relativo de nuestra relatividad. 

Algunos creen que somos sus arlequines, vestidos de santos inocentes, realzando sus vientres henchidos de hambre que a cada paso reverbera su clamor como promesa que aleja el aire…

En el bazar de los sueños, a veces somos el embrujo de la alquimia devorada por nuestra soledad o más bien el murmullo del silencio cuando se acerca un final…

Otras veces nos vemos, cual tenderete de rubores, que lucen al sol como brotes de la flor de las mujeres…

Posiblemente somos el irreverente morisco que vende cobre por plata y bronce por peltre...

Todos creemos muchas cosas en el bazar de los sueños, donde lo ambiguo se vuelve pertinente y los deseos se sienten más abajo del ombligo.

En el bazar de los sueños, nada se compra y nada se vende. Pero todo está en venta,  solo para que cada quien lo sueñe…

Todos caminan por sus estrechas callejuelas, cargadas de especies para cocinar amores y desdichas. Unas tiendasvenden telas de odaliscas para vestir nuestras mentiras o para arropar nuestras verdades…

Veo también al orfebres con pebeteros incrustados de azulejos donde quemamos los perfumees del tiempo que se ha quedado yerto.

Todos percibimos al bazar de los sueños, para unos es la realidad y para otros solo  un triste recuerdo…

¿Y para ti que será?...