Una nueva exprsión crece, se mueve,
golpea cada cuerpo despoado.
Ya muere, se olvida torpe rayo lunar.
La faz de suspiro agonizante brilla
hasta tribular sin agua alguna...
las nubes se han marchado.
Corre perfecta, bestia inmaculada,
blanca espiga alumbrante.
Los aullidos tímpanos revientan
cual dolor no sangra en rojo.
Hoy fallece.
La noche oscura solitaria
pasa arrastrando pies colgantes;
no hay seña visible.
En negra hora habrá de correr,
negra sombra fugáz.
La expresión desaparece,
fenecido el sabio está.
¡Valor, fuerza, coraje,
vuelan al cielo perdidos!
Humo blanco se levanta.
Las nubes ya vuelven cargadas.
Arde una fogata al interior,
y espectros danzan gritando:
"Un momento no es nada,
una vida tampoco".