Tengo en Jeny, mi esposa, un gran tesoro
Es encanto en pureza y picardía
En su ingenio se filtra su alegría
Su carisma es precioso, como el oro.
Ocurrente y sencilla, en su decencia,
Su sonrisa es cristalina y seductora
Y lo suave de su timbre, me enamora
Me suaviza y me rinde, su prudencia.
¡Dios bendiga el momento magistral
Que cruzó su destino en mi existencia
Es mujer que con máxima elocuencia
Es sublime, en su mirada sin igual!
Amiga que en momentos tormentosos
Al impío sufrimiento, en cruel derrota,
Lo convierte en miseria, en bancarrota,
Se transforman los tropiezos, azarosos.
¡Jeny dulce esposa mía, de nuevo juro,
Adorarte en total, porque es mi vida
La que en magia genial, tienes cautiva
Matrimonio triunfal por tu conjuro!.
Túxpan, Ver., 14 de Febrero de 2012.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!