El fuego de tu conciencia

Como volcán incandescente
en plena erupción un día
brotaron de tus entrañas
palabras que no entendía
Sin tomar el debido cuidado
llevé a mi mano la lava ardiente
fue tal la impresión
al su calor no ser suficiente
que descubrí para mi sorpresa
el fuego también puede ser amor
y el amor tan sólo quema
al practicarlo con fervor
Incongruente pensamiento
que aparté de mi memoria
ante la visión tan clara
en la que me presentabas
no sólo el verdadero sentir
la ternura de tus manos
el cariño que hay en ti
o el cuidado que de antemano
volcaste tú por mí
Denuncio de inmediato las ofensas
abandono de ipso facto lo pensado
Duermo por un rato mi lengua
y dejo que mis ojos, que no te habían mirado,
permitan aceptar de un modo más humano
cuando me gritas, me reclamas
cuando me miras o me llamas
Cuando creyendo que no estabas
apareces de la nada
Sí, reconozco mi pecado
No te olvides que un hombre con mi pasado
antes de mirar de frente
suele, primero mirar a los lados
Samuel Akinin Levy