No quiero que te sientas triste, no quiero que tus sueños duerman solos.
No quiero que te embargue la nostalgia, no quiero que tu vida se precipite
Y solo te quede mirar al vacío continuamente.
No quiero que dejes de creer en el amor, no quiero que pienses
Que ser madre fue un sueño que se difuminó en el tiempo.
No quiero que te veas vieja y gorda, no quiero que tus miedos
Te apresen en un vaivén de interrogantes y de injusticias
Sabedoras de que tu alma se puede quebrantar por faltas de mimos
Y seductoras caricias.
No quiero que tu corazón duerma en la intemperie, no quiero oír tu voz
Sentirse seducida por unramal de lágrimas.
No quiero que cuando despiertes, tu enamoradiza sonrisa pliegue sus alas
Y nunca salte al vacío en busca de la felicidad.
Las horas que duermen tras las colinas de un calendario,
Que dormitan cerca de las ilusiones que viajan
Por la bahía de un horizonte majestuoso.
Las horas que anidan en tus labios
Cuando la despedida se desliza por la cornisa
De unas tristes palabras.
Las horas que se inquietan al hacer del día,
Que buscan en el recuerdo, emborracharse,
Para olvidar las fechas que faltan
Para adornar tus ojos de una eterna mirada.
Las horas que al tenerte cerca
Se manipulan y quedan sedadas en sólo unos minutos.
No quiero que estés triste, que el dolor del miedo enerva
Y dibuje cuerpos fríos cerca de una chimenea.
No quiero verte derrotada por unos años de más,
Pues mis ojos miopes a la luz del día
Se vuelven de cera por tu brillante hermosura.
No quiero que llores o que tus ojos se inflamen
Y el iris se enrojezca hasta oler la sangre seca.
No quiero que tu voz hulla de mis oídos
Cuando creas que la felicidad tiene otros caminos.
No Quiero que te alejes, no quiero que me sueltes la mano
Aunque ya estemos muertos,
Pues tanto en vida cómo en la muerte,tu eres la mujer de mi vida.
No estás sola en este cabalgar que se llama vida.
En tu horizonte mella el color de la esperanza
Que se alegra de decorar las cortinas
Que visten a tus ojos de una eterna belleza.
No estás sola en este infra mundo,
Que se disfraza de honesto,y tortura
A los corazones que solo quieren encontrar un hogar
Donde aparezca el calor de una familia.
No estás sola, pues en el reojo de tus manos
La cicatriz que inunda tus arrugas y cubre tus callos
Son la firme astucia de quién lucha por esta vida.
No estás sola en este inventario que te ilustra al amor,
Mi pequeña mano quiere flechar al horizonte
En busca de sueños que puedan reinar
En los anhelos de tu cuerpo.