Respirando desidia no llega oxígeno a mis pobres pulmones,
más aún si desde lejos añoro mi inapetencia a mi ingrávida rutina,
esbozo una sonrisa ante mi reincidente pecado capital no tan irreverente,
mal llamado pecado a ojos de humano radical y decadente que en mente retorcida embrolló la doctrina de la fé,
sueño,
baja ya de mi nube,
¿no ves que llevas demasiado tiempo planeando en mi cabeza?
o emigras o te dejas atrapar,
dejas por momentos de ser ave de paz,
estás cambiando tu plumaje y tornas en pájaro de presa,
regresa ya y métete de lleno en mi
cabeza,
toca suelo
tocando realidad
y después ízate de nuevo
despojado en promesas
fijándote una meta que puedas alcanzar.