“Eterno, sagrado lago, de la vida un empalago . . .â€
Parque Nacional de cepa
de eso ni duda quepa,
lo conforman diez hectáreas
con flora y especies varias.
TangancÃcuaro orgulloso
por recinto tan hermoso
donde natura se fragua,
Camécuaro, espejo de agua.
“Lugar del baño†bendito
michoacano rinconcito,
“sitio de amargura ocultaâ€,
la creación es cosa culta.
Cupátziro, Junguarán,
sus riberas regarán
dos preciosos manantiales
lÃquidos intestinales.Â
Lago que refleja el cielo,
nubes que conforman velo
por las que se filtra el aire
purificador donaire.
De “ahuehuetes†centenarios
de oxÃgenos necesarios,
templo de la ecologÃa
santuario del alma mÃa.
Que ostenta raÃces sanas
enlazadas como hermanas
de claro color café,
del renacer . . . de la fe.
Subacuática esa vida,
justa lacustre medida
de la humanidad un lema:
“el bosque es ecosistemaâ€.
De ocotes, madroños, fresnos,
viejos, maduros, muy tiernos,
conÃfera, ocal, encinos,
con pájaros, cantos, trinos.
Hojas, ramas, los follajes,
lucen sus vistosos trajes
verdosos sobre el cristal
del remanso celestial.
Estanque cual bautisterio,
pila, jÃcara, misterio,
paraje de ángeles, hadas,
de criaturas bien amadas.
Ranas, cangrejos y peces,
patos que graznan mil veces,
chapulines en concierto,
mariposas vuelo abierto.
Un joven tierno sabino
precioso ejemplar divino,
yo le llamo “Sabinitoâ€,
crecerá hasta el infinito.
Primero Dios con cuidados
de guardabosques soñados,
de gente bien educada,
¡no, a la ignorancia malvada!
Cantarito de agua miel
del maguey producto fiel,
abejas revoloteando,
¡Camécuaro, amor reinando!
Autor: Lic. Gonzalo Ramos ArandaÂ
México, D. F., a 1º de noviembre del 2017     Â
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