Muy triste estaba la niña,
sentada en un viejo sillon,
sus ojos tan solo miraban
una tenue luz marron
que salía de la habitacion.
Su muñeca al lado de ella
hablaba, de todo un mundo
de ilusión,
de la magia y el encanto,
de un cielo azul
y nubes de color;
de aquel soldadito rojo
y del vaquero con inspiración…
de un perrito cojo
y un mentado lobo feroz.
La muñeca hablando
y hablando se esmeraba,
contando cuentos
en esa habitacion,
haciendo el momento alegre
para el deleite de la niña
de buen corazón.
Que el mañana llegue pronto
y el sol traiga
muchos juegos y un mundo
de sabor.
La niña ya reía
desde aquel rincón,
y abrazando a su muñeca
un beso de premio le dio;
de un salto llego a la cama
y acurrucándose en las cobijas
hacia el mundo de los sueños
camino, para seguir con su
infancia…
dentro de un mundo
de ilusiones y amor.