Pensaba contemplar tus ojos,
espejos en marcos de oro
reflejaron mi imagen
y pude ver tu alma,
en rosas perfumadas
en el albor de mi vida.
Me distes el elixir de tus besos,
callados perpetuos,
cautivadoras miradas.
Quise pronunciar,
mas no sabía tu nombre,
mis labios te cantaron al oído,
hermosas y legendarias melodías,
no pude tocarte,
tenías espinas,
gota de sangre,
corazones perdidos,
dónde estarás que te busco,
es tan grande el mundo
y el universo infinito,
que mis noches
son pasos de hormiga
y tus días,
vuelo de fénix,
entre sus cenizas,
renaces en cada mañana
para perseguir tus miradas.
Moshenga VIII Cabanillas Pérez. Cajamarca - Perú