Ese lugar no es como me imaginaba un pequeño oasis. Un espacio en el que encontrar sólo amigos y colegas. Donde aprender, compartir, crear y plasmar bellos sentimientos.
A veces parece una ciénaga en la que se esconden
extrañas y perversas criaturas, que se alimentan del desencanto y la tristeza que provocan en los demás.
Algunos de nosotros intentamos atravesar las peligrosas aguas , luchando por salvar nuestro tesoro (el último poema brotado del corazón) . Pero cuando estamos casi a punto de lograrlo y lo depositamos en la otra orilla , arropado, confiado, envuelto en pañales como Moisés..surgen sus afiladas uñas´. Las pétreas cuencas de sus ojos se vuelven hacia él. Carcajadas, como aullidos silenciosos . Palabras ininteligibles. Fluidos de espuma y lodo intentan mancillarlo, intoxicarlo y arañar nuestra integridad. Afortunadamente no se trata de heridas profundas ni de gran cantidad de veneno. Además el calor de los amigos actúa como bálsamo y antídoto, nos otorga la fuerza necesaria y permanece intacta nuestra dignidad. . Finalmente cada nueva criatura ocupa su lugar. Todo quedó atrás como un mal sueño. Sólo un leve sentimiento de tristeza , por esa sensación que produce comprobar que donde pueden existir bellos seres, permanecen (no sabemos si para siempre). personas que han decidido cambiar por odio, todo su amor.