Si resolvieras desgastar conmigo
todas tus noches y tus alboradas,
y si quisieras ser de mis jornadas
algo más que mi sombra o mi testigo.
Si todos los paisajes contemplaras
a través de mis múltiples sentidos;
si a un mismo amor quedáramos fundidos
y a mis más caros sueños te enlazaras.
Si en mis proyectos tú te proyectaras
y mis deseos fueran tus deseos;
si fueran tus sonrisas mis recreos
y por mis lágrimas también lloraras.
Si lejos de tomarnos de las manos
mirando nuestros ojos sin presiones,
hicieras de mis versos tus canciones,
serían mis poemas soberanos.
Si luego, navegando el firmamento,
hacia la misma estrella camináramos
y locos de placer nos deslizáramos
con una misma fe y un pensamiento.
Si fuera el Dios que adoro el Dios que adoras
y una oración idéntica rezáramos,
si por las mismas cosas suspiráramos
y yo desconociera lo que ignoras.
Si un mismo pan pudiera sustentarnos
-lo mismo que una luna nos alumbra-
y en vez de maldecir a la penumbra
la misma luz lograra iluminarnos.
¡Ah, si pudiéramos compenetrarnos
de la misma inquietud y con tal suerte,
que al tiempo de morir, la misma muerte
viniera nuestras vidas a segarnos.!
Si en una misma tumba reposáramos,
o acaso, por librar la podredumbre,
ardiéramos con una misma lumbre
y aun tiempo del anélido escapáramos.
Si esta inquietud de amor tan lisonjera
nos eximiera de horroroso infierno,
si nuestro amor con Dios se hiciera eterno
para vivir de eterna Primavera.
Si después, entre innúmeros Querubes,
tres veces santo a Dios lo proclamáramos;
si al menos un lugar tú y yo alcanzáramos
arriba de la cima de las nubes.
¡Qué sueño más hermoso! ¡qué utopía!
¡Qué evocación tan singular y extrema!
¡Qué lástima que sólo en un poema
pueda caber tan sacra fantasía!
Autor: Heriberto Bravo Bravo SS.CC. de su colección de poemas "Inmerso en el amor" Vol.IV "Poesía romántica" Derechos reservados por el autor.