Un milagro para ti
Presa de una preocupación inmensa,
marchaste, pensado que quizá no volverías,
hasta tu férrea confianza se sintió dispersa,
y sufriste la desazón en los últimos días.
Que no sería fácil, no había quién no lo sabía,
estabas atrapada en tan difícil trance,
que hasta lo más sencillo parecía,
estar muy lejos de tu alcance.
Hoy que acaban de quedar atrás los hechos,
me he acercado amiga, a visitarte,
y llevando de alegría henchido el pecho,
me he dado el gusto de abrazarte.
Me confesaste, esbozando una sonrisa,
que todo ese miedo que hasta ayer sentías,
fue arrastrado como por una brisa,
al comprobar que los milagros ¡¡ existían !!
® Susana Valenzuela
26-7-09