He muerto

He olvidado en más de una ocasión,
El mundo material que me rodea,
Al entonar mis ojos una triste canción
Me he dejado fundir en la marea.
He olvidado a la gente,
he olvidado el sol,
He borrado por momentos de mi mente,
El abstracto concepto de la ilusión.
Me he reducido a cenizas,
Y he visto esparcirme con el viento,
Han levitado mis sueños dispersándose,
Efímera ha sido mi fuerza y mi argumento.
He nadado a contracorriente,
En un río de angustia que me anegaba,
He sucumbido a la impotencia del desconsuelo,
Al faltarme la esperanza que tanto anhelaba.
He llorado y me han oído,
Y sin embargo todos fueron oídos sordos,
He gritado blasfemias con Satán al unísono
Contemplado por la mirada de un mundo absorto.
La agonía me ha robado vida en cada visita,
Y en mil versos he dicho que moría,
He sido tristeza errante y muerte andante,
Y jamás nadie imaginó qué me ocurría.
He robado lágrimas de los niños,
Pues mis ojos reflejaban la sequía,
He vivido moribundo de nostalgia,
Al ver pasar veloces los días.
Me han hundido en el lodo,
De la imprevisible confianza traicionada,
Y con patadas de reproche al emerger,
Me han adentrado más en esa charca.
Ha dejado mi alma esencia,
En cada verso de una lírica eterna,
La he visto debilitarse y alejarse,
La he tenido en mi tintero muerta.
He utilizado fuerzas de flaqueza,
para no desfallecer en la contienda,
pero siempre me creaban con dureza,
herida nueva en herida abierta.
Así he ido siempre derrochando mi energía,
Buscando una paz aparente,
con el poder de mi fantasía,
Y encontrando una guerra inherente,
Al pensar siempre que acertaría
No he sido capaz en un lustro de poesía,
De creer que mis versos tenían valor alguno,
Será porque siempre escribiendo perecía,
Y apenas lo entendía el mundo.
Pero ahora que he vuelto de nuevo,
Algo casi olvidado me inunda,
Es el orgullo de mi alma que me grita,
Que hemos aguantado cualquier tortura
Y así ha sido realmente,
A veces como objeto inerte en movimiento,
A veces como cuerpo sólido de etérea mente,
He resistido el indecible sufrimiento,
He derrotado a la misma Muerte.
Y así es como lo proclamo
Malditos humanos de mí desinformados,
Me han asesinado más de cien veces,
Me han quitado la vida y crucificado con sandeces,
No hace falta que nadie por mi rece,
No necesito ya vuestro consuelo ni abrazo
Pues realmente he muerto y sin embargo...
¡Miradme!
Aún estoy aquí para contarlo.