Voy a extrañar las mañanas frías,
las noches en vela, mis madrugadas,
el verme al espejo todos los días,
y los cuentos de princesas encantadas.
Voy a extrañar el acento de mi gente,
sus canciones y sus comidas,
el camino que recorro diariamente
el curita que aliviaba mis heridas.
Los calambres en mis piernas, en mis manos,
los consejos de mi madre y su cariño.
las llamadas de mi padre, y de mi hermano,
voy a extrañar cuando nos peleábamos desde niños.
Los amigos de mi infancia y los actuales,
los que me odiaron fueron bien correspondidos,
las retas de fútbol con los rivales,
y el molesto sonido de los ladridos.
Voy a extrañar a mi novia tan extraña,
que le encanta que la muerda y que la abrace,
que me acaricia y sin querer siempre me araña,
que me robó el corazón alguna tarde.
Mis poesías serán solo recuerdos,
y las guardarán la gente que me quiera,
me da miedo que hoy, la muerte de los cuerdos,
me atrape y al final del día, MUERA.