Allá lejos, en algún día que aún no recuerdo,
sé que estuve varado en mocedades,
una casa frente al parque y el entierro
de nostalgias calmas de mil ciudades.
El cordón de la vereda y a la derecha
la recta anfitriona de pasos yertos,
el golpe en la puerta y la brecha
de algunos fusiles sin candados puestos.
Un grito en la selva de paredes viejas
hendijas violadas de ojos perplejos,
un puñado de glorias y " esas pendejas"
llorando la angustia de apagados dejos.
Y hoy me haces hablar de escondites
de clandestinas imágenes que el tiempo devora
una pausa en el alma y de aquello que dije
la angustia de frenar el paso de las horas,
he llorado mil vidas y un misterio,
asido mis venas con la sangre oscilante,
he permitido etapas sin adultarios
mojado mi llaga con alcohol tonificante,
he vagado mil caminos sin rumbos
calcado a Dios en tela de juicio,
he esculpido la estructura del iracundo
saciado mi lujuria sin conocer el prejucio,
he amado lo imposible de la mentira
pedido perdón sin siquiera demostrarlo,
he robado vidas, he cambiado sabiduría
negociado muertes y aún...asimilarlo,
he agredido al hermano viajero
sentenciado veredictos sin artimañas,
callado en suplicios del verdugo clero
caido de un cielo sin heridas aledañas,
he mistificado, sudado y hasta en octubre
parido a la vida con el rigor de una muerte,
que me sentencien entonces si me descubren
en el defecto humano de un penitente!