Si mis labios encuentran su hogar en tus palabras
no los exilies nunca,
sin tu agua colorada se morirían de sed,
extrañarían morder las fresas salvajes,
extrañarían los paseos a media noche,
dejar huellas húmedas en el jardín,
posarse como mariposas en tus manos,
juguetear como niños sobre tu frente,
darse un chapuzón en capuchino,
revolcarse sobre gotas de canela.
Desnudos caminarían contra el viento
con una cantimplora llena de tus besos
con los huesos agrietados por el tiempo.
Piénsalo bien porque nunca encontrarás labios igual,
que puedan decir “te quiero”
del verbo “amar en silencio”,
si este es mi ultimo beso
pártelo en dos,
ponte la mitad en la boca
y el resto guárdalo para el café.