Te dejaste amar y también dejaste
amarme, se quebró la frágil unión,
romper esa barrera es tu decisión,
pero que me resigne nunca lograste.
Realmente eras tú quien apuntalaba
nuestro cielo, eras la única realidad
de mis sueños, al no hallar mas vialidad
a tus anhelos, dijiste; éstos se acaba.
La noche oscura me duerme en soledad,
se suceden los días y te extraño
mucho amor, dime que hacer. En año
no supe de tu ausencia, es la verdad.
Mi mundo se acabó, no tengo porvenir
sin tu amor puro y santo, quiero morir.
Autor: Alcibíades Noceda Medina