La malicia del amor sentido,
le brinda sabor a nuestra vida,
y aunque ocasiona fuertes heridas,
nos hace sentir que hemos vivido.
Tus palabras de amargo sabor,
reflejan la importancia que poseo,
cada vez que peleando yo te veo,
reconozco en tus ojos el amor.
Disfruto los gritos que regalas,
los digiero como al desayuno,
y si algún día me faltara alguno,
pensaría que las cosas están malas.
Quiero que me ames con el odio de tu alma,
y que me acaricies con la furia de tu ser,
para que así tu mente me deje saber,
si me amas con desesperación o me odias con calma.
Por: Efraín Trinidad Rodríguez “PoetaDeDios”© Morovis, P.R. 24- agosto-2004.