No viste mis lágrimas verter,
mi corazón latiendo en su gemido,
mis ojos implorando tu querer,
ni mis manos sedientas de cariño.
Mi presencia era sombra para tí,
mi voz a tus oídos eran ecos,
lo que te daba no tenía valor,
!Eran tan poca cosa ya mis besos!.
Ahora reprochas toda mi actitud,
el nuevo amor que llega y me revive,
que ha puesto estrellas con su resplandor
a tu abandono y a mis días tristes.
Hubo alguien que supo valorar
lo que te daba con toda el alma mía,
hoy me siento mujer al despertar
y en las noches mi cama no está fría.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!