Ahora
el alba es una mirada de tus ojos,
un secreto revelado, un sueño,
la imagen pura de tu rostro.
Y puedo verte
en el cielo,
en el rostro perpetuo del aire,
en los árboles
y en el horizonte que también te pertenece.
Has escrito en mi corazón
palabras que nunca llego a entender,
palabras que son lluvia cayendo sobre tu cuerpo,
estrellas que se propagan en mis ojos;
palabras indescifrables que se descifran
en el silencio, en nuestras bocas:
muerde este hombro y lo comprenderé todo.
Muerde esta vida, este aire, este sueño;
muerde esta voz que te nombra,
hazlo sin temor,
siénteme,
tócame,
sé yo y comprende cuanto te quiero.