24 / I / 07
¡Cuánto más, duele el sentirse apartado por viejo!
cambiado por cualquier efebo, de conversación hueca y simplona.
¡Cuánto más, difícil de explicar es, lo que se explica por si solo!
¡Cuánto más difícil es, hablar cuando las palabras sobran!
¡Cuánto más difícil es, hacerte entender, ante quien no quiere oírte!
¡Cuánto más, pesa la pena, cuando la cargas tú solo!
¡Cuánto más el sufrimiento es, cuando viene de quien menos te lo esperas!
¡Cuánta la soledad! cuando a su lado sobras.
¡Cuánto más duele, el no lograr comprender, porqué de menos te hace,
porqué te aparta de sí, por que te cambia... por otros!
……
No seré bueno en el juego,
ni en la conversación amena,
ni siquiera, con el vino cumplo,
pero jamás faltaré en la pena.
Y a la hora de dar,
nadie lecciones me da,
y a la hora de querer
-sin lugar a dudas- el primero puedo ser.
¿No será que algunas veces no vemos,
ni que por un momento paremos,
a meditar un segundo
lo que de verdad tenemos, lo que de verdad perdemos…?
Dedicado a alguien que no puede, o no quiere ponerse en el lugar de los demás.