Ella en mí es tiempo que yo no manejo.
Fulgor del cielo me trae en su mirada,
entonces es real la que miro desde lejos,
me rescata de la soledad ya tan reiterada.
En mi frente hay señal de cruz y tristeza,
a pesar que ella es mi fuente de alegría,
se asoma y se aleja siempre sin promesa,
es emblema de amor, también de alegoría.
Ya estamos en el camino que nos separa,
en mano el pañuelo de lagrima y de adiós,
ella no sonríe, pero su fortaleza le ampara.
Alguna vez envejecer junto también pretendió.
El afán de no verla triste parte mi pecho.
Desojamos el último pétalo de la margarita
atajando angustia y llanto, estando desecho.
El segundero es barrera que el fin precipita.
Autor: Alcibíades Noceda Medina
Es triste el adios noceda, cruel la separación y siempre ese momento se hace efímero!! Te saludo amigo, recibe mi abrazo .....Susy.....