ELEGÍA INDIA
Has venido, dices, a salvar mi alma;
a compadecerte de mi entrega loca
a unos falsos dioses.
¡Y me ofreces uno,
terrible y sangriento,
que amontona noches
en mi humilde aldea!
Has venido, dices, a darme cultura,
pero ese alfabeto
de son melodioso
que suplanta al mío,
lo arbitra un acero
de silencios rojos.
Has venido, dices, a civilizarme,
a quitar mi alma del gris salvajismo
en que está encerrada,
pero tu propuesta me priva de alas
poniendo mojones a mis libertades.
Has venido, dices, pero nunca cuentas
nuestros héroes muertos.
¡Y aquí mueren muchos
por furor de espadas!
¡Muchos, ay, de males
que ayer no albergaban!
Has venido dices, a darme, y a cambio,
un desenfrenado apetito te asiste.
¡En lingotes áureos mis dioses transformas!
¡En negros mañanas mis días condensas!
Has venido a quitar mi alma del cruel salvajismo pero tu propuesta me priva de alas excelente