La paz no se hace
con un negro cartel,
la construyen los corazones de bien,
¡y hay tantos corazones podridos…!
Corazones tapados por la ira,
la envidia, el odio maldito…
Corazones encogidos, sucios,
disimulados por un negro cartel
que esconde la hiel…
Ocultando a traidores cobardes
del pueblo llano,
del pueblo que clama
libertad al tirano.
Buitre asesino que aprovecha
el descuido del mundo
para matar al que escapa
en una balsa por el inmenso mar.
Al que huye de la dictadura
como la gacela huye del caimán
que le corta la vida.
La paz no la hacen las dictaduras,
ni los carteles, ni las fieras heridas;
la hacen los hombres y mujeres
que miran de frente,
que sueltan una lágrima
en vez de sentir ira.
La Paz se construye entre todos
con nuevos horizontes
y sin anclaje en el pasado.