Y te olvidas de repente lo que he sido,
borrando mi existir de tu conciencia,
desdeñas mi mirada y mi presencia,
mostrando tu indudable y fiero olvido.
Y te olvidas de mi amor desfallecido,
mi amor que solo fue para tu esencia,
que tanto habrá sufrido en esta ausencia,
por no sentir la voz de tu latido.
Miráis que tú te olvidas hoy de todo,
de todo lo que dado por mirarte,
negandote a escucharme de algún modo.
No tengo más opción, que abandonarte,
pues ya que mi esperanza enardecida,
hoy miro con pesar, que se te olvida. (2002)